martes, 27 de mayo de 2008

Método para Estudiar

Estudia todos los días
Estudia todos los días...
Presta atención a la clase y toma apuntes
Presta atención a la clase y toma apuntes...
Organiza tu tiempo
Organiza tu tiempo...
Repaso

Debes repasar tus resúmenes y -en caso de estar utilizando el método básico reforzado- las posibles preguntas de examen.

Si tienes tiempo suficiente hazlo en voz alta; la lectura será más lenta, pero te ayudará a una mejor memorización debido a que serán dos los sentidos que intervengan (vista y oído).

Siempre que leamos en voz alta, hagámoslo caminando. La razón es que el movimiento general ayuda en el funcionamiento del cerebro; además, al moverse se estarán relajando los músculos de la espalda y el cuello, que son los primeros que se cansan al estudiar quietos. Hagámoslo pronunciando las palabras lo suficientemente fuerte para escucharnos, como si estuviésemos leyendo un noticiero en la televisión. Es recomendable, además, tomar el libro con una mano y gesticular con la otra, realizar mímica de lo que leemos. Esto también ayuda indudablemente a una mejor fijación de las ideas centrales.[1]

Una vez hecho todo lo anterior, explícate a ti mismo lo que acabas de leer, con tus propias palabras, en voz alta y sin ver tus notas. Si no eres capaz de hacer esto y recordar lo que acabas de estudiar, mucho menos podrás recordarlo dentro de varias semanas en el día del examen. Esta autoevaluación también puede realizarse en grupo, ya que una de las mejores maneras de arraigar el conocimiento de una cosa consiste en explicarla a los demás.

El repaso es una parte fundamental de este método. Si no volvemos a repetir y alimentar nuestra memoria, una y otra vez, corremos el riesgo de olvidarlo todo, con el simple paso del tiempo.

Por lo tanto, te sugiero que programes tus repasos de la siguiente forma: el primero dentro de las primeras 12 horas, el segundo repaso a la primera semana, el tercer repaso al mes y el último repaso antes del examen.

Aplica los pasos de este método al estudiar cada una de tus materias. Te aseguro que los buenos resultados comenzarán a darse antes de lo que te imaginas.

Resumen

Utilizando el material subrayado, redacta con tus propias palabras cada tema. Es muy importante que no intentes realizar este paso antes de haber leído, comprendido y subrayado las ideas principales del texto.

Al escribirlo con tus propias palabras estarás fomentando un aprendizaje real y significativo. Evita al máximo la memorización mecánica que muchos alumnos utilizan.

Complementa el resumen con los apuntes que tomes durante las clases.

Tus resúmenes serán el único material que tendrás que repasar cuando te prepares para los exámenes. Si aprendes a realizarlos correctamente, te ahorrarás muchísimo tiempo y esfuerzo.
Subrayado

Encuentra las ideas principales

Después de la lectura previa, date un respiro y regresa al principio del capítulo o tema. Ahora vas a leer detenidamente cada párrafo.

En esta etapa el objetivo será comprender lo que el autor quiere decirte, separando la información relevante de la información poco relevante.

Si el estudiante que trata de aprender de un texto no sabe o no es capaz de separar lo esencial de lo no esencial, difícilmente puede comprender el significado del texto; en estos casos se suelen almacenar o grabar memorísticamente los datos para luego reproducirlos mecánicamente.[1]

Lo que tienes que hacer es subrayar la idea principal de cada capítulo o párrafo, incluyendo todo lo que te parezca interesante. Puedes utilizar un marcatextos (existen diversos colores llamativos) o un lapicero de color (la psicología industrial dice que el rojo es el color que más impresiona a la retina).

Utiliza diversos símbolos y utiliza el diccionario para buscar el significado de las palabras que desconozcas.

Aprovecha esta lectura para identificar posibles preguntas de examen, subráyalas y márcalas (por ejemplo, con una E). Es fácil formular preguntas de examen si conviertes los títulos y subtítulos en interrogantes tales como: ¿qué…?, ¿quién…?, ¿dónde…?, ¿cuándo…?, ¿por qué…?, ¿cómo…? Esto es exactamente lo mismo que hacen tus maestros al preparar una evaluación.

El subrayado es indispensable en todo proceso de estudio y su uso eficiente requiere cierta capacitación. Cuando algunos estudiantes empiezan a hacer prácticas de subrayado, se reflejan dos defectos: subrayan poco o subrayan mucho. Lo más recomendable es practicar, y en forma progresiva se superarán ambos defectos.[2]


Lectura rápida

El objetivo de este primer paso es que obtengas una visión global del contenido del libro o capítulo que te corresponda estudiar.

Analiza rápidamente el título, portada, contraportada, índice, introducción, gráficas, figuras y cuadros.

Después de esto dale una lectura rápida a todo el capítulo, prestando especial atención al principio y al final de cada tema (la mayoría de los autores siempre exponen sus ideas principales al comienzo).

Al leer, sigue con un dedo el renglón. Esta técnica te ayuda a leer al paso que quieras. Además, descubrirás que es más fácil concentrarse cuando el cuerpo también participa.[1]

Tómalo como una fase de “calentamiento”. Lo importante será que adquieras el sentido global del tema, para que al final puedas comprender el texto en su totalidad.

No hay comentarios: